El Sevilla se presentaba en Old Traford después de haber goleado a domicilio a un rival muy flojito en la Q3 de la Europa League. Con muchísima ilusión tanto en la afición como en una plantilla repleta de jugadores jóvenes y algunos hasta debutantes ésta temporada en la Liga BBVA. Se presentaba de amarillo, equipación que hay que agradecer a Manuel Vizcaíno y su grupo de Marketing. Sí, en Old Traford y de amarillo con esos llamativos triviales en las mangas.
Pues parece ser que ese color le trae mala suerte a los rivales porque el mejor equipo de toda Andalucía (el segundo ni se ve por el espejo retrovisor), le dio un soberbio repaso a todo un Manchester United que mezclaba suplentes y titulares ante su público, en la despedida de Río Ferdinand.
Goles de Vitolo, Marko Marin y Rabel lo dejan muy a las claras que este año hay muchas alternativas.
El Sevilla sobre todo en los 45 primeros minutos le dio un meneo de tal envergadura que los ingleses no sabían por dónde le venían los golpes del equipo sevillista. Y todo eso ante su público, en su estadio, con TV y radios presentes y ante los ojos de miles de espectadores, no en ninguna ciudad deportiva con pinares al fondo como si estuviéramos en Las Corchuelas un día de domingo cualquiera con la familia y los jugadores con petos,siendo el partidillo arbitrado por el segundo entrenador.
Todo el mundo futbolístico se ha hecho eco del meneo del Sevilla al United en su propio estadio y en su propia fiesta. Yo creo que ya no nos llamarán más para este tipo de cosas y llamarán a algún equipo inferior que haga de sparring para así asegurarse la victoria hasta jugando con sub21.
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